7/9/12

CAMINO DE SANTIAGO FRANCÉS (ESP)

Me marcho a hacer el Camino de Santiago solito. Bueno, con mi bicicleta de montaña. Ella y yo, solos, el uno con el otro. Pareja de hecho.

Y si, aunque aquí hay quien se empeña en decir el Camino de Sant Jaume, con la rabia que nos hace a los Jaumes que nos digan Santis, imagino la rabia que se lo debe hacer a el Apóstol que le digan Jaume. Por tanto, primera muestra de respeto: voy a hacer el Camino de Santiago.

Saldré de Logroño, mi segunda patria, ya que apenas hace tres semanas que hice, también solito, desde Saint Jean Pied-de-Port hasta allí, (ya haré una crónica con calma algún día ...) y no me apetece repetirlo con tan pocos días de diferencia. Mi idea primera era volver a empezar y hacerlo entero, como Dios manda, ya que soy de la opinión, ya lo sabéis, que las cosas se hacen bien o no se hacen, pero al final, entre que no me he podido acabar de decidir a marcharme hasta hoy (un poco justo si lo es ...) y una cosa y la otra, pues que no me apetece repetir esta etapa. Sé que “dejo de hacer” unos 170 km muy bonitos, pero aún me quedan por delante más de 600 que no me decepcionarán en absoluto.

Creo que tendré suficiente, más teniendo en cuenta que hace apenas  unosmeses que voy en bici un poco en serio. Como ya he comentado alguna vez, me compré la btt el pasado octubre, aun no hace un año, pero no me enganchó, y es desde marzo, cuando empecé a ir con la de carretera cuando empecé a cogerle el "tranquillo" y a pedalear duro. Así pues, aunque el orgullo me dice que "tengo que hacerlo desde el comienzo" la cordura y los enredos de última hora que me han hecho dudar hasta hoy de si voy o no, me hacen salir de mi amada capital riojana.

Ante todo aclaro que ni hago ningún tipo de penitencia, ni he de cumplir ninguna promesa, ni hay un trasfondo religioso, ni siquiera el objetivo es hacer turismo histórico.
NO. No es nada de eso pero quizás acabará siendo como una penitencia, acabaré prometiendo que nunca más, cagandome en algún estamento religioso y al final seguro que todo se resumirá en una experiencia histérica.

Normalmente todo el mundo que se plantea hacer el Camino lo hace , como mínimo, movido por uno de los motivos anteriores, si no por dos o quizás incluso por todos. Yo no. Lo que he dicho antes es cierto. No me mueve ninguna motivación concreta, como máximo podría decir que la motivación es deportiva, pero creo que ni siquiera es eso aunque quizás es la única donde podría ubicarse.

Reto deportivo ... (?) Hombre, si . Un poco. Pero no de la manera que lo he estado viviendo toda la vida, donde un reto deportivo iba ligado sin discusión a llevar un dorsal pegado en el pecho y un tiro de salida rodeado de gente con el cuchillo en la boca dispuesta a descuartizarme en la primera curva o a mitad de la primera subida. No, quizá me he hecho mayor o quizás es que no me motiva competir si no puedo hacerlo en algún sitio que realmente me cautive mucho, o en una carrera tan larga que sólo plantearmela me haga venir ese sudor frío, acojone se llama.
Creo que más bien lo planteo como una explosión controlada antes de la explosión espontánea que, por culpa del estado de nervios que supone hoy en día ya no sólo el trabajo sino la vida en general, podría hacer mi pobre y solitaria neurona si no encontraba alguna manera de castigar mi cuerpo durante horas y horas y así liberar mi mente en la misma proporción. Me había acostumbrado a hacer, un par de veces cada año, una mezcla de turismo, competición deportiva y desconexión cerebral, que suponía un vaciado profundo de mis fuerzas y que pedía una gran exigencia física, pero que al agotar el cuerpo me alimentaba la mente. La fortalecía. Y lo añoro. Mucho.

Hace más de un año que estoy lesionado de la rodilla. No os lo había dicho nunca, no? Y en todo este tiempo he visto como amigos y conocidos iban de carrera en carrera, como estas se iban celebrando ausentes de mi ausencia y yo me deleitaba en silencio prometiendome a mí mismo que pronto volvería. Pero llevo 14 meses esperando que yo cumpla esta promesa y ya empiezo a pensar que no tengo palabra. Y eso nunca. Mañana a primera hora cojo el tren y ya sé que no será lo mismo. No serán 300 km por el desierto, ni por ninguna selva. De momento me conformaré con un poco  más de 600 por el Camino de Santiago. No será competición contra nadie, ni siquiera contra mí mismo. No llevo ningún plan concreto, salvo parar a comer cuando tenga hambre y aprovechar para pedalear tantas horas como la luz del dia lo haga posible.

Y porqué el Camino? Muy sencillo de responder: Porque es fácil, no necesito ningún tipo de organización, ni avituallamientos, ni marcaje ni nada de nada. El Camino francés es el GR más utilizado del mundo. Esto lo hace asequible y sencillo de hacer ya que dispones de todos los servicios que necesitas en todo momento, y ahora, no estoy para ponerme a marcar una ruta, ni prepararme un gran material. Una bici, unas mini alforjas, una tarjeta de crédito y pasta. Ah, y ganas de pedalear entre 10 y 12 horas diarias.

Pero solo? Podría decir que voy a hacer en solitario esta ruta llena de peregrinos porque me he perdido y quiero encontrarme a mí mismo. Dicho así quedaría chulo. Pero no. Que me he perdido es cierto, al menos la cordura ya hace tiempo que la perdí, pero el objetivo principal, no hace falta que os engañe más, son los entrecots que caerán a la hora de cenar, el pulpo que me zamparé en Melide y la mega mariscada que caerá, con el permiso del Apóstol, en el mismo Santiago.

Así pues, que el tiempo, la mecánica de la bici, mis fuerzas y las ganas de pasarlo bien me acompañen.

A la vuelta os lo cuento.

Buen camino!